Utilizamos la técnica consistente en una pequeña extracción de sangre que se centrifuga para conseguir un plasma rico en plaquetas, de modo que al volver a infiltrarse en la zona dañada, su cicatrización es mejor y más rápida. Con ello logramos que las complicaciones y los signos de inflamación sean mínimos, reducimos el dolor tras una intervención y aceleramos la cicatrización de las heridas, sin que ello entrañe ningún riesgo para el paciente.